7 y no sólo con su llegada, sino también con el consuelo que le habíais
proporcionado, comunicándonos vuestra añoranza, vuestro pesar, vuestro
celo por mí hasta el punto de colmarme de alegría.
8 Porque si os entristecí con mi carta, no me pesa. Y si me pesó - pues
veo que aquella carta os entristeció, aunque no fuera más que por un
momento -
9 ahora me alegro. No por haberos entristecido, sino porque aquella
tristeza os movió a arrepentimiento. Pues os entristecisteis según Dios, de
manera que de nuestra parte no habéis sufrido perjuicio alguno.
10 En efecto, la tristeza según Dios produce firme arrepentimiento
para la salvación; mas la tristeza del mundo produce la muerte.